Manuel Pérez-Alonso: ‘La nueva economía tiene que desarrollarse a través de las empresas de base científica’
Manuel Pérez-Alonso es profesor titular de Genética de la Universidad de Valencia, socio fundador de varias empresas de base científica, codirector del Máster en Genética Médica y Genómica de la Universitat de València y presidente de la Asociación Española de Emprendedores Científicos. Un currículum extenso al que hay que añadir su participación en el Patronato de la Càtedra de Cultura Empresarial de la Universitat de València.
Cuando queda sólo una semana para que arranque III Congreso Nacional de Científicos Emprendedores hemos hablado con él para conocer un poco más éste ámbito del emprendimiento tan particular. Hablar de emprendimiento científico es hablar de transferencia de tecnología y de traslación del conocimiento, desde el ámbito público de la investigación al mundo empresarial. Elementos clave para el desarrollo económico y social de un país, ya que son motor de creación de riqueza, empleo y bienestar social.
¿Cuáles son los objetivos del III Congreso de Emprendedores Científicos que se celebra el 4 y 5 de noviembre en Madrid?
El objetivo principal es reunir a los principales emprendedores de España que han creado empresas dentro de los campos de la ciencia y la tecnología con el fin de compartir experiencias, las positivas y las negativas, y ayudar a que el ecosistema del emprendimiento en este ámbito se desarrolle y que otros investigadores que están valorando la posibilidad de emprender se animen a dar ese salto y crear su propia empresa.
¿A una semana del Congreso, cómo van las previsiones de asistencia?
La respuesta está siendo extraordinaria y todo apunta que la asistencia va a ser muy superior a las dos ediciones anteriores. Esperamos recibir a más de 400 participantes.
¿Qué temas y qué personas son las más destacadas en el programa previsto?
Es muy difícil contestar esta pregunta porque la cantidad, la calidad y la variedad son enormes. Contaremos con Javier García Martínez, experto en nanotecnología y premio Rey Jaime I 2014 en la categoría de Nuevas Tecnologías. También estarán Eugenio Domínguez, socio fundador de Win Inertia , una compañía que se dedica al almacenamiento de energía y Cristina Delgado, una investigadora que ha hecho su carrera fuera de España y que tiene en su currículum haber fundado y vendido su empresa biofarmacéutica. Nos acompañará también Antonio Aracil, director gerente de la Fundación Universidad- Empresa de la Universidad de Valencia (ADEIT) del que destacaría su larga trayectoria y su impulso a la cultura emprendedora en Valencia. Son en total 50 ponentes de una enorme calidad.
Han pasado ya tres años desde el primer Congreso de Emprendedores Científicos que se celebró en Valencia en 2012. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?
En estos momentos, crear una empresa de base científica tiene mejor consideración, pero aún queda mucho por hacer. Hace unos años, un investigador que desde el mundo académico decidía dar el salto para crear una empresa de base científica era visto como una especie de traidor. Ahora esta concepción tan anticuada está desapareciendo.
El objetivo de la Càtedra de Cultura Empresarial de la Universitat de València es transmitir el conocimiento desde el foro universitario hacia el tejido empresarial. En algunas titulaciones esto parece muy asumido, casi natural. ¿En las carreras científicas se percibe interés por parte de los estudiantes para emprender?
Queda mucho por hacer y ese es uno de los objetivos del congreso: concienciar a los estudiantes de carreras científicas de que, además de buscar la proyección académica y un trabajo como investigador en una empresa o institución, hay otra vía que tienen que descubrir y que consiste en crear la empresa que les va a dar trabajo a ellos mismo y también a otros. Y es una vía muy poco conocida todavía. Por eso es muy importante para nosotros la presencia de estudiantes científicos en el congreso. Que sean conscientes de que tienen esta puerta abierta y que descubran ejemplos concretos de estudiantes, con la carrera recién terminada, que han creado sus empresas y han tenido éxito.
“Queremos concienciar a los estudiantes de carreras científicas de que hay otra vía que tienen que descubrir y que consiste en crear la empresa que les va a dar trabajo”
Manuel Pérez-Alonso
¿Cuál es el valor añadido de este tipo de empresas?
Son empresas que necesitan un fuerte componente de I+D y que necesitan laboratorios para desarrollar sus planes de empresa. Eso supone trabajadores, instalaciones, proveedores, estabilidad… creo sinceramente que la nueva economía de la que tanto se habla tiene que desarrollarse a través de las empresas de base científica.
¿Cuál es el retrato robot del emprendedor científico?
Suele tener más de 30 años, la carrera terminada, un doctorado y el objeto de su empresa es una tecnología o un proyecto científico en cuyo desarrollo ha participado. En un punto concreto de ese desarrollo se plantea la necesidad de transferencia desde una institución a una empresa de nueva creación. Y así surge el emprendedor científico.
¿Qué características debe tener?
Sobre todo, obstinación y casi fe ciega en que su conocimiento va a poder convertirlo en un producto, en un servicio tangible y útil para el ciudadano, que se podrá comprar. En definitiva, visión de futuro y de aplicación práctica.
¿Y qué dificultades se van a encontrar?
En primer lugar, encontrar el mercado, los clientes, el canal de comercialización de su producto o servicio. Eso es clave. A veces el científico emprendedor se olvida de que la empresa, una vez constituida, necesita una estructura comercial, llegar al mercado, porque más pronto o más tarde tiene que salir a vender.
“El emprendedor científico debe tener visión de futuro y de aplicación práctica”
Manuel Pérez-Alonso
Algunos estudiantes científicos comentan que todo eso no lo enseñan en la carrera.
Claro, pero no olvidemos que este congreso no es algo que termina y no vuelve hasta la próxima edición. Desde la Asociación Española de Emprendedores Científicos, seguimos trabajando cada día para poner en contacto a los emprendedores que ya han pasado por todo esto, para fomentar la creación de comunidades activas donde se intercambian consejos e información
Por último, en su triple faceta de presidente de la Asociación Española de Emprendedores Científicos, investigador y emprendedor científico, ¿cómo habría que llamar la atención de la sociedad sobre la importancia de la ciencia y del emprendimiento?
El progreso de la ciencia en España pasa, entre otras cosas, por la aplicación de la misma y su aportación a la nueva economía a través de nuevas empresas. En el congreso analizaremos en primera persona, desde la perspectiva del emprendedor, lo que tiene, lo que se encuentra, lo que le falta a ese científico que quiere emprender. Porque crear una empresa de base científica no es algo trivial: hay riesgos enormes, compromiso, un desgaste de energía muy importante que nadie reconoce y que requiere atención por parte de las autoridades. Yo diría que la recuperación de nuestra economía, la regeneración del tejido industrial pasa por prestar atención a este ámbito. No se trata sólo hablar de transferencia de tecnología e innovación. Se trata de mirar dónde están esos emprendedores, que hacen, que necesitan y cuidarlos.