Javier Garín: ‘En el programa de la Càtedra, gana el emprendedor universitario y gana el mentor’
Cuenta la Odisea que a Mentor se le encomendó cuidar de los intereses de Ulises en Ítaca, durante su ausencia, cuando partió a la campaña de Troya. Mentor también asumió la educación de Telémaco, hijo del héroe. Según la mitología griega, la diosa Atenea usaba el rostro de Mentor, cuando quería comunicarse con Telémaco en el viaje de éste en busca de su padre.
Cuando pensamos en un mentor, pensamos en un consejero, en alguien que es capaz de guiar con consejos sabios. Los programas de mentorización en el entorno empresarial permiten potenciar el aprendizaje de los empleados basado en la ayuda de otros más experimentados. La Cátedra de Cultura Empresarial apuesta un año más por la mentorización a emprendedores universitarios. En plena fase de preinscripción de la quinta edición del Programa Mentores para Emprendedores Universitarios, hablamos con su coordinador, Javier Garín.
¿Qué es el mentoring?
El mentoring es un sistema que ya funciona en algunos países desde hace más de 15 años. En España se empieza a hablar de mentoring como ayuda a emprendedores. Pero nuestro ciclo Mentores para Emprendedores Universitarios tiene un enfoque muy diferente, sólo hay una universidad en EEUU que sigue el mismo modelo que nosotros. Normalmente, un emprendedor selecciona un mentor y desarrolla su proyecto con él. En algunos casos, un mentor tiene varios emprendedores y les ayuda. Nuestro concepto parte de las carencias que hemos tenido muchos en la Universidad, donde todo está preestablecido y es más o menos previsible: estudiar, pasar exámenes… En mi época de estudiante yo ya pensaba que, en ninguna de mis asignaturas, nadie me había preguntado cuál era mi problema, cuáles eran mis dudas.
El Programa Mentores para Emprendedores Universitarios pretende compensar esta carencia. Aquí no hay nada preestablecido. Tenemos 13 mentores – un profesor y el resto, empresarios y directivos- y toda su acción se basa en las preocupaciones y dudas personales de cada emprendedor universitario.
¿En qué punto de desarrollo del negocio se encuentran los mentorizados al llegar al programa?
Ahora mismo estamos en periodo de selección, recibimos solicitudes de todas las áreas: científicas, humanas, económicas… Vamos al Parc Científic, a la Universidad, facultades, Institutos tecnológicos. La condición es que hayan pasado en algún momento por la Universitat de València y que tengan un proyecto viable. Hay incubadoras que sólo seleccionan grandes proyectos para que se desarrollen rápidamente, que sean escalables, para ganar mucho dinero, incluso venderlos. Nuestro programa tiene como objetivo último dar soluciones a los problemas de la sociedad, que generen beneficios y puestos de trabajo o que resuelvan un problema social.
Durante 2 meses, seleccionamos proyectos para formar uno o dos grupos de mentorizados que tengan posibilidad de retroalimentarse. Gana mucho el emprendedor y gana mucho el mentor. Y es muy satisfactorio ver cómo interactúan todos, cómo los mentores tienen una capacidad de influencia muy grande en un grupo variado, pero que está atravesando un momento similar en su carrera emprendedora, están empezando a facturar, creando la sociedad o con problemas de desarrollo. Priorizamos clientes viables, que vengan de la biomedicina, la tecnología, app móviles, temas sociales… La ventaja que nos da la Universitat de València es que no tenemos socios que nos exijan. Otra ventaja muy importante es que el programa es gratuito.
¿Cuál es el balance de estos 5 años del Programa Mentores para Emprendedores Universitarios?
Se resume en una frase del mentor Javier Quiles: ‘si no existiera habría que inventarlo’. Esa es la conclusión. Hemos visto convenios entre mentores y emprendedores, gente que ha pasado del medio millón de facturación, que ante una situación de riesgos ha constituido una compañía, gente que ha contratado, que se ha trasladado, que está exportando… Hay proyectos que han salido, otros no, pero el resultado es muy positivo. Prueba de ello es que ningún mentor se da de baja y que hay interés por inscribirse en el programa.
¿Cómo se convence a los mentores?
Son emprendedores maduros, son empresarios y no han perdido en interés y la motivación por mejorar. Cuando ven que hay una persona a la pueden ayudar porque se identifican con él o con ella porque estaban en una situación parecida hace unos años, se motivan, se implican. No lo pueden evitar.
¿Que aporta el mentor al emprededor?
Le aporta muchas actuaciones como posibles soluciones. Hay quien no sabe dónde acudir para hacer contrato de alquiler en una nave, y en la sala se resuelve; alguien cuenta en la sesión que tiene un conflicto con un socio que se puede quitar de encima y allí se da solución. Tenemos un mentor que ha quebrado dos veces, eso es algo que nadie quiere oír pero que conviene que se sepa. Los emprendedores universitarios deben conocer los éxitos y los fracasos y conocer que el mentor que quebró dos veces se levantó dos veces. En definitiva, la experiencia en primera persona de alguien que ha levantado una empresa de la nada. El contacto directo con directivos o empresarios que trasladan sus conocimientos y experiencias profesionales a los que comienzan su andadura empresarial.