Españoles e Italianos, los más emprendedores

25/07/2019

Emprender
Españoles e italianos son los europeos más emprendedores. Así lo revela un reciente estudio, según el cual, la mitad de los italianos estarían dispuestos a poner en macha un negocio propio y hasta un 43 % de los españoles aspiran a ser su propio jefe. Contra lo que se pudiera pensar, el espirito emprendedor está mucho menos extendido en países como Francia o Reino unido, donde solo un 27 y un 31% de la población desearía trabajar por cuenta propia. Y otro dato relevante: la percepción sobre las oportunidades de negocio sitúa a España 5 puntos por encima de la media europea.
Ser tu propio jefe y la flexibilidad horaria son las principales ventajas que destacan aquellos que quieren emprender. La posibilidad de trabajar de su pasión o una mayor satisfacción laboral también son razones de peso para los encuestados. Pero, sea por el motivo que sea, aproximadamente la mitad de los europeos declaran que se sienten más satisfechos trabajando en su propio negocio. Y abanderando esta tendencia creciente, el 52% de los emprendedores españoles dicen sentirse felices dirigiendo su propia empresa y un 35 % asegura que, desde que inició su proyecto empresarial, es mucho más feliz que cuando trabajaba por cuenta ajena. 

Los mejores países para invertir

Queda claro que españoles e italianos lideran el espíritu emprendedor europeo pero ¿hacía qué países deberían canalizar ese emprendimiento con garantías de éxito? Según el proyecto “2018 Best Countries Report” de la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania y la consultora Y&R BAV GROUP, Alemania y Japón son los mejores países para emprender, seguidos de Estados Unidos, Reino Unido y Suiza. El carácter innovador, la experiencia tecnológica, la conexión con el resto del mundo, la educación, la mano de obra cualificada, el fácil acceso a la financiación o la seguridad jurídica fueron los atributos más valorados a la hora de establecer este ranking.
Alemania: Considerado como el país más moderno, destacó por el espíritu empresarial de su población, su calidad de vida, el poder e influencia en el mundo, un futuro prometedor y por ser sede de gran número de multinacionales. También destaca la transparencia de sus instituciones, la calidad de su sistema educativo, sus políticas favorables al emprendimiento y el hecho de ser la cuarta economía del mundo y la más grande de Europa.
Establecer un negocio en el país germano es además sorprendentemente fácil, pues las tasas a abonar pueden llegar a costar tan solo 20 euros. Por otra parte, el gobierno permite condonaciones de impagos para mantener las empresas en crecimiento.
Entre los desafíos que presenta este país destaca su complejo sistema de impuestos o la escasez de viviendas.
Japón: El corazón de su economía se sitúa en Tokio, donde una creciente comunidad de expatriados está trabajando para iniciar sus propios negocios y desarrollar relaciones entre sus países de origen y Japón. El cambio de cultura empresarial también es muy atractivo para los emprendedores. Los jóvenes japoneses se inclinan por compañías más pequeñas y más emprendedoras y el estado está incentivando esta tendencia con fondos para la creación de nuevos proyectos empresariales y el desarrollo de un marco empresarial más atractivo. 
Uno de los principales escollos del país es que la generalización el inglés todavía no es una realidad.
Estados Unidos: El sueño americano es real y para conseguirlo y a diferencia de otras culturas, aquí el fracaso no está mal visto sino que se considera una experiencia de aprendizaje y se alienta a superarlo, a tomar riesgos y a tener iniciativa. Si bien Silicon Valley o Nueva York concentran la mayoría de las empresas de reciente creación, la uniformidad de su cultura y su gran mercado hace fácil expandir un negocio a otros estados. La contratación puede ser lo más difícil, ya que los gigantes tecnológicos compiten por los mejores talentos con grandes beneficios y salarios.
Reino Unido: Pese al Brexit, sus bajas barreras de entrada, las facilidades para la financiación y su fuerte comunidad empresarial y cualificación de sus trabajadores hacen que muchos empresarios crean que es un buen lugar para iniciar un negocio. Por tan solo 12 libras se puede registrar una empresa y abrir una cuenta bancaria lleva solo unos minutos. Además, el gobierno pone a disposición del emprendedor numerosos recursos como los prestamos de inicio o los planes de negocio gratuitos y la presentación e impuestos es rápida y fácil. El ejecutivo británico también se ha comprometido a seguir recortando el impuesto de sociedades. Contratar empleados muy cualificados también es muy sencillo, pues son muchos los expatriados de todo el mundo que emigran a Londres nada más acabar sus estudios. 
En contra, los altísimos costos de la vivienda en Londres.
Suiza: Después de décadas destinando grandes inversiones a la investigación y el desarrollo, se ha convertido en líder internacional en sectores como el farmacéutico, la banca y las finanzas. Además, recientemente se ha convertido en un centro global de criptomoneda y de start-ups basadas en blockchain. Además de un entorno regulatorio y tasas impositivas favorables a los negocios, las empresas en Suiza también se benefician de su ubicación en el centro de Europa, lo que facilita el comercio y la búsqueda de talento así como conexiones con otros países baratas y eficientes. 
En el otro lado de la balanza, el altísimo coste de vida que, según los empresarios, queda más que compensado con los grandes beneficios de invertir en este país.
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